Los he abandonado, lo sé. Por eso, ahora se chi"·%·$& y leen todos los posts que voy a poner hoy. Ni modo.

Esto que les voy a comentar es algo que no sucede a menudo en mi vida y no porque yo sea antisociable, huraña o le huya al compromiso, peeeero, pocas veces en los últimos años he estado enamorada. ¿Razón? Pues la verdad es desconocida, yo se lo atribuyo a la falta de candidatos, al exceso de trabajo y la carencia de interés. Sin embargo, hace algunas semanas zaz, la realidad me cayó encima y me encontré indefensa ante las garras despiadadas del amor (mta ma, pi·$%· Vania ya va a empezar de cursi, si por eso no me gusta enamorarme...). No, ya en serio, descubrí que por fin alguien mueve mis ojitos, me revuelve la panza y me alborota la cabeza.

La verdad es que eso no tendría nada de raro, de no ser por el hecho de que cuando me enamoro, me apendejo. Es normal, es constante y no puedo huir. Me vuelvo torpe, hago estupideces, digo incoherencias, me da verborrea, etc. (creo que lo único bueno es que eso me da pocas veces frente a ellos, generalmente pasa cuando hablo de ellos o cuando pienso en ellos). Algunas amigas podrán constatar mi estupidez extrema cuando me encuentro enamorada; como cuando conocí a un bodeguero guapísimo en Argentina y cuando me preguntó que cuántos éramos en México yo le dije muy segura que cuatro (el número de mexicanos que estábamos en la bodega de vino, ¡qué tal!

Cuando estoy enamorada es que me pongo re feliz. Aunque, ahora que lo pienso, eso es malo también porque empiezo a actuar descaradamente feliz y reírme como si estuviera con unos jaiboles encima. ¡La concha! No importa, creo que aunque actúe como Goofy y de pronto me sienta como si hubiera cenado "All-bran" estar enamorada es lindo.

En fin, por el momento creo que todo va. No sé cómo pero va. Después cuando pueda y me sienta preparada les contaré más detalles.

Por cierto, si usted querido lector no está enamorado, no olvide que a cada capillita le llega su fiestecita.