Sí queridos lectores, hoy me di cuenta que Dios sí existe. De ayer para hoy no dormí nada trabajando en mi exposición de Ruanda para la clase de mi muy admirada Dra. María Cristina Rosas.

Y cuando digo no dormí nada, es que en serio no dormí nada. Desde las 4 de la tarde del 27 de febrero hasta las 5:30 de la mañana del 28 de febrero no hice otra cosa que "taipear" en la compu y embellecer mi presentación. [Bueno, sí visité en dos ocasiones la cocina para subir a mi cuarto sandía y cereal].

Total, no me di cuenta que Dios existe porque me haya ido bien en la exposición [no es presunción, pero en verdad me fue bien], sino porque cuando llegué a la SEMARNAT  a cumplir con mis horas de servicio social [después de la clase de 7 a 8:30 de Rosas] las instalaciones estaban tomadas por un grupo indígena que pedía que no se usaran sus tierras como basurero tóxico.

¡Gracias al cielo! Yo me venía durmiendo y hasta mareada estaba de que seguro me quedaría estampada en uno de los teclados por mi falta de sueño. Agradecí a los veinte mil ángeles, a los arcángeles y a ustedes hermanos ... [a no, eso es de la misa]. Y es que cuando pregunté si debía esperar a que liberaran el acceso, todos me dijeron que mejor huyera, que seguro abrirían hasta las 4 de la tarde y que a esa hora ya no estaba en mi horario de servicio.

Como ven, Dios sí existe y es justo con aquellos que necesitamos de su amor.

Jajaja, la verdad es que ahora sí estoy re mocha. Pero me acabo de despertar después de que llegué a las 10 de la mañana y me metí a la cama directo.