
Hubo un tiempo, cuando era niña, en que me gustaba acostarme debajo de mi árbol de Navidad. Me gustaba ver en las esferas, alumbradas por la serie multicolor, mi cara. Solía pasar horas en pijama observando cómo cambiaban de intensidad los foquitos que cubrían mi pinito.
En esos días, no todo era dulce, no todo era feliz, pero sabía que podía confiar en Santa Claus para remediar mis males. ¡Qué tiempos aquellos!
Hoy, al llegar a casa, vi el árbol de Navidad apagado porque ya la familia se había ido a dormir. Sentí una gran melancolía...
Quiero olvidar tantas cosas que me pasaron este año, deseo borrar tantos recuerdos tristes...
Pero también quisiera poder preservar todos los momentos de felicidad, tal y como atesoro esas escenas de mi infancia, cuando me recostaba bajo el árbol.
0 reacciones obsesivo - compulsivas:
Publicar un comentario